De repente, Kansas City se ha enamorado del fútbol. Al bajarte de un avión en su Aeropuerto Internacional, los letreros y pancartas que apoyan al equipo local de laMajor League Soccer, el Sporting Kansas City, tienen una presencia considerable, excediendo en número incluso a los de los equipos más ‘tradicionales’ de la ciudad, como el Chiefs (famoso por el ambiente de su campo de fútbol americano) o el Kansas City Royals de béisbol, que en esta temporada han alcanzo la famosa Serie Mundial. Cuando el partido de las estrellas de la MLS llegó a Kansas City el año pasado, un gran cartel publicitario anunciaba que la ciudad era “la capital del fútbol de Estados Unidos”.

Hay varias ciudades cuyos aficionados pondrían en duda tal afirmación, pero no está tan lejos de la verdad. El Sporting KC es el vigente campeón de la MLS y, este año, dos de las estrellas del equipo, Graham Zusi y Matt Besler, ayudaron a guiar a Estados Unidos hacia los octavos de final en el Mundial de Brasil. Al aunar un apoyo fanático de su afición con un equipo moderno y que presiona mucho, el SKC cotiza al alza en más de un aspecto.

“No queremos ganar el título sólo una vez; queremos ganarlo cada año”, declaró a FIFA.com el centrocampista Benny Feilhaber. En el equipo que entrena Peter Vermes, el jugador nacido en Brasil se ha transformado, pasando de ser un talento veleidoso a rendir bien con regularidad. De hecho, sólo se quedó fuera de la lista de Estados Unidos para la Copa Mundial de la FIFA™ por un exceso de medio centros defensivos de calidad a disposición de Juergen Klinsmann.

Casi 20.000 hinchas acuden al modernísimo Sporting Park los días que juega el SKC, creando un ambiente realmente ruidoso y único en el todavía emergente mundo del fútbol estadounidense. Pero al igual que a su famosa paisana ficticia Dorothy, de El mago de Oz, a los aficionados al fútbol de Kansas City (Missouri) se les podría perdonar si pensasen que todo ha sido un sueño…

Nombre nuevo, campo nuevo, vida nueva

Hace sólo unos años, bajo la poca acertada denominación de Kansas City Wiz (pronto cambiada a Wizards), el club era uno de los peor organizados de la liga. Los Wiz, uno de los miembros fundadores de la MLS en 1996, no lograban ir con los tiempos. Con un uniforme excesivamente multicolor, el equipo jugaba en el enorme estadio Arrowhead, arrendado al equipo local de fútbol americano, ante sólo unos pocos miles de aficionados. Esa cifra no creció mucho ni siquiera cuando los Wizards se proclamaron campeones de la MLS en 2000. El clamor en las gradas que oyen ahora automáticamente los jugadores del Sporting era antaño un eco sordo y vacío.

El equipo pasó a llamarse Sporting Kansas City en 2010, a lo que siguió una remodelación radical de la marca y un flamante estadio nuevo. Había nacido el Sporting Kansas City, provocando uno de los cambios de rumbo más completos en la historia del deporte estadounidense. Atrás quedaban los Wizards para dar paso al SKC, un club cuyo presidente y director ejecutivo, Robb Heinemann, prometió que tendría como consigna “Socios, comunicación e inclusión”.

El atractivo del Sporting se ve incrementado por el crecimiento de sus figuras de la selección estadounidense Zusi y Besler. Ninguno de los dos era muy conocido antes de consolidarse en el renacido conjunto de Kansas City. “La experiencia que se vive en nuestro estadio es increíble”, afirmó Zusi, una de las opciones preferidas por Klinsmann para jugar por la banda en el mediocampo de las Barras y Estrellas. “En verdad gozamos de la ventaja del factor campo cuando jugamos aquí”, añadió Zusi, que acudió con el resto de la plantilla a una visita reciente de los campeones a la Casa Blanca, donde tuvieron una audiencia con el Presidente de la nación, Barack Obama.

Cocina casera
El Sporting Park, que oficialmente da cabida a un poco menos de 18.000 espectadores, pero a menudo supera esa cifra con localidades de a pie adicionales, ofrece un ambiente ensordecedor los días de partido. El campo, equipado con todas las comodidades y oportunidades para el usuario imaginables, es el alma del nuevo auge del fútbol en Kansas City.

Las pancartas y los tifos (los espectaculares mosaicos a la italiana) se extienden por las localidades por detrás de ambas porterías, donde las peñas de aficionados como los King City Yardbirds, Mass Street Mob, The Hillcrest Syndicate y The Guardians, entre otros muchos seguidores, se ponen en pie, dan saltos, cantan y celebran los goles.

Un techo que se extiende por todas las zonas con asientos amplía y retiene el ruido que hacen los fogosos hinchas. En la Copa de la MLS del año pasado (la final a partido único que decide cada año el campeón de la liga nacional), el Sporting Kansas City gozó del apoyo de un público entregado y sonoro pese a las temperaturas bajo cero y a que el partido duró 120 minutos, para acabar decidiéndose en los penales.

“Este estadio puede compararse con cualquier otro del mundo”, afirmó Alexi Lalas, el ex defensa internacional estadounidense reconvertido a experto analista, que jugó 30 partidos con los Wizards en los viejos tiempos del Arrowhead Stadium.

Tal es el ambiente del estadio que se ha convertido en un destino predilecto de la selección de Estados Unidos. “No hay nada como jugar para estos aficionados”, añadió Besler, un defensa central que irrumpió en escena poco antes del Mundial, y se ha convertido en uno de los mejores de la cuadrilla de Klinsmann. “Es un enorme privilegio”.

Los seguidores y los jugadores del Sporting están ansiosos por vivir más de lo mismo este año. El equipo ya se ha asegurado un puesto en las próximas eliminatorias por el título y, una vez más, confiará en que el tremendo apoyo de su público le ayude a avanzar. “Queremos instaurar una dinastía”, concluyó Failhaber, luciendo una actitud que demuestra lo lejos que ha llegado el fútbol en Kansas City.

vía ¿La nueva capital del fútbol de Estados Unidos? – FIFA.com.

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